... y dejándolo todo preparado. 29 tiendas de campaña, dudo que haya habido tantas montadas alguna vez en ese prado. Es increíble, cada año hay algo nuevo que me sorprende. Y eso que el campamento de este año aun no ha empezado, o por lo menos oficialmente, porque ayer podría decirse que fue el
día cero. Solo faltaban todos los chicos y chicas por allí armando.
Si, ayer estuvimos buena parte de los monitores y algunos más pasando el día en las instalaciones de Cáritas donde realizamos el campamento. Limpieza, tiendas de campaña, megafonía, pintura, esterillas, colchonetas... y esa gran cruz que puede verse en la foto. Un
momento histórico, decía Juanjo cuando la levantábamos. Cristo Rey planta una cruz en el campo. Dios quiera que aguante.
Gil García es un sitio especial, al menos para mi. La primera vez que fui tenía 8 años, año 1997. Me recuerdo cazando bichos y armando por el bosque con Isaac y Josu (monitores también de este campamento), haciendo gimnasia nada más levantarme o la tristeza del día de padres cuando ellos se iban y yo me tenía que quedar un par de días más. Una hucha roja de regalo que veo ahora desde donde estoy sentado hace que no me olvide. A partir de ese año dejó de hacerse campamento en nuestra parroquia hasta el 2006, pero aquel no fue en Gil García. La parroquia, y yo con ella, volvimos allí en 2007 y Dios me regaló un campamento que no se me olvidará, el último como acampado también. Los dos años siguientes he vuelto como monitor, es una experiencia más intensa y agotadora, pero merece la pena.
Y es que aquel es un sitio mágico, donde han pasado muchas cosas y pasarán. Escenario de multitud de juegos y escenificaciones, Gil García ha sido Egipto, el monte Sinaí, la Tierra Prometida... todo es posible allí.